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martes, 27 de noviembre de 2012

LA PEDAGÓGICA CRÍTICA: CÓMO UNO DE LOS MEDIOS PARA EL CAMBIO EL SOCIAL


Corporación universitaria Minuto de Dios
Facultada de ciencias Humanas y Sociales
Licenciatura en Filosofía

Materia: Didáctica de la Filosofía
Profesor: Víctor Andrés Rojas
Alumnos: Ricardo Perdomo                                                        28 de Noviembre de 2012

LA PEDAGÓGICA CRÍTICA: CÓMO UNO DE LOS MEDIOS PARA EL CAMBIO EL SOCIAL
(Una exploración desde el pedagogo Paulo Freire)

Este ensayo lo que busca es argumentar a grandes rasgos la importancia que tiene la pedagogía crítica expuesta por Paulo Freire, como uno de los medios para el cambio social, desde su teoría de la educación que toma en serio la relación entre teoría social radical para poder realizar una emancipación. Así mismo, aporta una nueva perspectiva o escenario a la teoría y practicas educativas, ya que vincula el proceso de lucha con las particularidades de las vidas de la gente, instaurando un nuevo enfoque que intenta hacer realidad la esperanza, lo que muchas veces parase una utopía.

Por este motivo, la pedagogía crítica se enfoca a “remover” el postulado de la teoría pedagógica tradicional, que consiste en un esfuerzo continuo por imponer en la escuela a los niños modos de ver, pensar, de actuar y reflexionar, que son como el pase para incluirse en una sociedad. Siendo así, que la pedagogía tradicional ha dominado la mayor parte de instituciones educativas a lo largo de la historia humana en la mayoría de las regiones del mundo.[1]Siendo según Freire, la educación un referente que se convierte al mismo tiempo en un ideal y transformación para ponerse al servicio de un nuevo tipo de sociedad.

No obstante, es un mensaje claro que invita a los educadores a tomar conciencia sobre las formas que adopta la dominación desde ella misma como desde el proceso que restituye la palabra a los oprimidos, porque la educación “empodera a los históricamente “oprimidos” y alienta la esperanza necesaria para emprender el camino hacia el cambio social y la construcción de un cultura (…)[2]”, desembocando es una acción emancipadora.   

De igual modo, como referentes al cambio Freire toma la educación y enfatiza que va más allá de una representación de un lugar y un tipo particular de compromiso social dominante, porque la educación “transciende” esa perspectiva, ya que representan tanto un esfuerzo por el significado como una lucha en torno a las relaciones de poder, por parte, de aquellas formas culturales e ideológicas. Siendo desde este espacio, “donde el poder y la política se expresan de manera fundamental, donde la producción de significado, de deseo, lenguaje y valores” (-1990-. Giroux H), proporcionando la base necesaria para una teoría más comprensiva y crítica en la pedagógica.

Por el contrario, la escuela tradicional fue concebida a imagen y semejanza de la fábrica encaminada a producir los obreros y empleados que demanda el mundo laboral, llevando al individuo acostumbrarse a los trabajos rutinarios mecánicos. En términos de Toffler[3]:

Construida sobre el modelo de la fábrica, la educación general ensañaba los fundamentos de la lectura, la escritura y la aritmética, un poco de historia y otras materias. Esto era el programa descubierto. Pero bajo él existía un “programa encubierto”; se componía y se sigue componiendo en mayor parte de países industrializados, en tres clases: una de puntualidad; obediencia; y de trabajo mecánico y repetitivo.
Llevando a la creación de “concepto del banquero”, que Freire contrapone con la educación problematizadora que se cuestiona a si misma y a su entorno de manera persistente. Su propósito es que los seres humanos desarrollen la capacidad de comprender críticamente como existen en el mundo, que aprendan a ver el mundo no como realidad obstruida, sino como procesos de cambios constantes. 
Habría que decir también, que el concepto clave de esta pedagogía crítica es la concientización, vista como el proceso de enseñanza necesario para comprender contradicciones sociales y tomar medidas contra las relaciones opresoras. Para Freire, la educación debe ser un aporte contiguo al desarrollo social en un sentido emancipatorio de quienes están marginados socialmente proporcionado nuevas vías al poder dominante.
Ahora bien, Freire halla el poder de dominación, no solo impuesto por el estado por medio de sus instituciones, sino en los oprimidos ya que incorporan su propia opresión ayudando constantemente al fortalecimiento de ella, porque la adaptación de esta lógica de dominación por parte de los “oprimidos puede adoptar la forma de una resistencia activa contra las formas de conocimiento que desafían su visión del mundo[4]”.
Es muy claro el postulado que expone Paulo Freire, ya que una de las cosas preocupantes que nos invita a reflexionar, es sobre el sistema de poder que ha montado algunos gobiernos “autócratas”, en la educación, la cultura, la racionalidad e incluso en la psicología de esos pueblos gobernados.
Conforme a esta preocupación, podemos notar que la educación está de manera alarmante permeada por todo ese poderío consumista, lo cual hace que el sujeto que se “educa” siga las reglas impuestas por este cuerpo de poder; y es aquí donde comienza la enorme atracción del ser humano por la codicia y por el ritmo imparable de consumo. Puesto que las políticas impuestas, están planificadas a hacer que el hombre se interese en el poseer cada vez más, y muchas veces sin importar el precio que haya que pagar o incluso sin advertir el daño que esto pueda causar. 
De esta misma manera, McLaren desde una perspectiva un tanto más radical, considera que la teoría social crítica tiene un alto potencial de acción, mientras ésta se conjugue con un lenguaje de crítica y posibilidad. Ello hará posible que los docentes sean capaces de desvirtuar y cuestionar las discusiones educativas sancionadas oficialmente. 
Por lo tanto, la pedagogía crítica invita al educador a incentivar  a los estudiantes a reflexionar y a cuestionarse, porque la enseñanza y el aprendizaje deben ser un proceso de indagación crítica y llevar a un proceso de construcción, edificando un mundo mejor, a una transformación social. Convirtiendo  al estudiante en un agente transformador, crítico y relevante de su entorno.
El desempeño del buen educador, consiste en tratar que el estudiante desarrolle y formule preguntas, sobre el ámbito de la educación, como en su vida cotidiana, animando al estudiante a adquirir habilidades para despertar su mente y creatividad. Motivando y cultivando el apasionamiento por el conocimiento. Sin embargo, esto conlleva también a examinar los modelos pedagógicos que se encuentran vigentes en nuestra sociedad, ya que influyen insistentemente en la educación.
Louis Not, en su libro[5] “las pedagogía del conocimiento” identifica que en el siglo XVIII han vivido dos modelos pedagógicos el heteroestructurante o autoestructurante.
El modelo heteroestructurante se enfoca que el conocimiento se construya por fuera del aula de clases, concibiendo a la escuela como una institución que transmite la cultura humana a nuevas generaciones que vayan surgiendo. Así mismo, da importancia al maestro considerándolo como promotor del proceso educativo. Sin embargo, la metodología utilizada es la magistral y defiende la utilización de métodos receptivos en el ámbito escolar. Siendo necesario efectuar el autoritarismo, basa en procedimientos para garantizar la buena enseñan en el aula de clase, encarnando el modelo de la cultura imperante.
Por otro lado, el modelo autoestructurante le provee las herramientas al estudiante y las condiciones necesarias para desarrollar y construir su pensamiento. Considerándose, este modelo como un proceso de jalonamiento y orientación enfoca al estudiante, ideándose un estudiante constructor de su propia vida.
A mi modo de ver, estos dos modelos pedagógicos se enfocan a promover unas instrucciones, por medio de la enseñanza y el aprendizaje de los contenidos curriculares. Con un objetivo de hacerle cree al estudiante que es de gran importancia para la formación intelectual como humana de él, reconociéndose en ellas unas herramientas para los problemas o preguntas que surgen en su vida. 
Aun así, los contenidos curriculares que cumplen con unos requisitos para examinar y dar un pronóstico de la capacidad que puede tener el estudiante, es limitada ya que ¿es posible que se midan los conocimientos o la capacidad del estudiante? Por medio, de la matemáticas, las humanidades, la informática, entre otros. Cabe señalar que, para algunas personas la formación o médelos que expusimos anteriormente, son fundamentales pero increparía en decir que no son los adecuados para lograr medir los logros o alcances que puede tener un estudiante.
En palabras de Dino Segura (2012): “Cuando se privilegia la instrucción, esto es, cuando lo fundamental son los determinantes curriculares que se constituyen en la meta de la escuela, nos encontramos con una cultura pos-figurativa, que prescribe mirando hacia el pasado. Se posee la verdad. Se enseña la verdad. Y se prefigura el futuro como una extrapolación del pasado.” 
Con respecto a lo dicho anteriormente, es necesario empezar a mirar la realidad que acongoja a la educación en nuestros tiempos, y sin la intención de alejarnos mucho del tema que se busca trabajar en la pedagogía crítica, que es el mirarla dinámica y la complejidad de dominación, se hace importante dar una vistazo sobre la sociedad, la cultura y la educación actual, pero esta visión quiero hacerla desde los niños, por ser estos los iniciadores de un nuevo ciclo en la interminable ruleta de la educación y de la vida misma.
De esta manera, se reflexionar sobre los inicios de la educación en los niños, y sobre el pensamiento de estos pequeños en la escuela.
Los niños entran muy motivados a la escuela porque quieren encontrar en ella respuestas razonables a sus inquietudes. Encontrar el significado a lo que al principio les parecía no tenerlo, es una fuerte motivación para estos pequeños que están llenos de curiosidad y entusiasmo. Pero se ha observado por medio de diversos análisis en las escuelas, que luego de un corto periodo de tiempo, los niños se sienten asfixiados y quieren escapar pronto de lo que les parece una prisión con una sola entrada y salida. Y esto se debe a que en la escuela les cortan rápidamente (o también nos cortaron) los brotes que luego serían los que nos permitirían florecer y crecer apropiada e integralmente.
Muchas veces se escucha decir que los niños y los jóvenes de hoy en día, no saben pensar o reflexionar, y que mucho menos actúan coherentemente. Pero lo mejor sería decir que ellos piensan de manera diferente a como lo hacen los adultos, ya que el contexto social, cultural y político que estén viviendo, les hace ver y pensar de una manera muy distinta. Así que la idea que nos hayamos hecho sobre que la facultad de pensamiento y de reflexión no es propia de los niños ni de los jóvenes, está muy alejada de ser real; pues se ven casos en los que estos tienen más claro lo que quieren y en algunos casos actúan más coherentemente que los adultos.
Por lo tanto, se debe identificar la importancia de la educación como base fundamental, rompiendo las “nuevas formas de dominación, siendo hoy en día la hegemonía ideológica”, una de las maneras de alienar y cambiar la cultura establecida en un determinada contexto.
Así mismo, podemos recordar la importancia de la filosofía como instrumento que nos lleva a cuestionarnos sobre los fenómenos sociales; desde los pensadores griegos, como Sócrates con su frase “pienso luego existo”, reafirman lo importante de poder reflexionar y tener un pensamiento crítico, para comenzar a construir una nueva cultura que este libre de presiones.
Para poder escudriñar un poco más a fondo la importancia de esta teoría crítica, se quiere identificar el papel importante de las instituciones políticas como eje fundamental para la emancipación y construir educación de calidad y de esta manera podrá salir nuestra educación adelante.

Por lo tanto, ¿qué entendemos por calidad en la educación?: son las diferentes pruebas que mide el conocimiento intelectual, de una persona e ignora la autentica formación integral que va más allá de una estadística numérica y cognitiva. La calidad  educativa es obtener con una serie de educadores (maestros: el maestro rebasa el dominio de sus conocimientos el profesor es sujeto de responsabilidades intelectuales.), que se preocupen y comprometan con la educación integral de sus estudiantes, pues se ha convertido de un negocio lucrativo, donde los beneficiados son lo grupos políticos inescrupulosos que desangran la educación.

En la educación tradicional se suele considerar a los estudiantes como simples espectadores que saturados intelectualmente, no encuentra ningún sentido que los confronte con la realidad, quitándoles la capacidad de reflexionar.

Encontramos diariamente en los medios de comunicación información que impide la reflexión particular, obstaculizando con publicidad consumidora y haciendo que estos jóvenes pierdan la moral humana. Por  ende, cada vez logramos visualizar los índices de violencia entre familias, en que ya los progenitores, se convierten en unos enemigos más; y después ya se convierten en un problema para la sociedad, que solo les ofrece pagar servicio a la patria, vendiéndonos una idea de guerra, arrinconando la verdadera realidad social. 
En síntesis la pedagogía crítica salta las barreras del absolutismo positivista y el conformismo reduccionista de la fenomenología. Su propuesta teórica emerge como alternativa para describir la realidad, y más allá de eso para abordarla de manera cercana y directa con el fin de transformarla. Pero no lo hace de una forma ingenua sino desde la experiencia subjetiva, donde desarrolla un cuerpo crítico que se dirige a la censura de las injusticias provocadas por todo tipo de abusos de poder, violencia y indiferencia.
Dado que, en su práctica la pedagogía crítica es capaz de reconocer y potenciar espacios educativos de conflicto, resistencia y creación cultural con lo cual reafirma su confianza en el poder emancipador de la voluntad humana. Si bien se fundamenta en una base teórica- científica y en unas prácticas educativas que funcionan sobre una pedagogía crítica que realza y da importancia a las utopías. Ésa que permite hacer frente al fatalismo postmoderno y que es como lo afirmó Freire “una pedagogía de la esperanza”.
En conclusión la educación no solo influye sobre uno u otros procesos del desarrollo, sino que reestructura, de la manera más “esencial” todas las funciones de la conducta, llevándonos a tomar conciencia sobre la reflexión crítica, porque de nosotros depende conseguir un cambio social. 
Referencias:
Borrero Cabal, Alfonso S.J (2008. “La universidad. Estudios sobre sus orígenes, dinámica y tendencia”. Tomo V, Enfoques Universitarios”. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Giroux H. (1990). Los profesores como intelectuales. Editorial Paidós. 
Segura, D. (2012). Para qué ir a la escuela. Relación familia-escuela. Revista internacional Magisterio. (N° 55). 16-20.
Zubiría J. (2006). Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante.



[1]Zubiría J(2006). Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante. P. 69.
[2] Espinel O. Volumen 3, N° 29, de Julio- Diciembre 2010, Bogotá D.C. Pedagogía críticas y Educación en derechos humanos. Una mirada desde escenarios escolares y no escolares. Revista nodos y nudos. P.43
[3] Citado por: Zubiría J. Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante.  (2006). P. 78.
[4]Giroux H. Los profesores como intelectuales. (1990) editorial Paidós. P. 166.
[5] Zubiría J. Los Modelos Pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. P. 13.

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