Corporación
universitaria Minuto de Dios
Facultada
de ciencias Humanas y Sociales
Licenciatura
en Filosofía
Materia: Didáctica de la
Filosofía
Profesor: Víctor Andrés Rojas
Alumnos:
Ricardo Perdomo
28 de Noviembre de 2012
LA PEDAGÓGICA
CRÍTICA: CÓMO UNO DE LOS MEDIOS PARA EL CAMBIO EL SOCIAL
(Una exploración
desde el pedagogo Paulo Freire)
Este ensayo lo que busca es argumentar a grandes rasgos la
importancia que tiene la pedagogía crítica expuesta por Paulo Freire, como uno
de los medios para el cambio social, desde su teoría de la educación que toma
en serio la relación entre teoría social
radical para poder realizar una emancipación. Así mismo, aporta una nueva
perspectiva o escenario a la teoría y practicas educativas, ya que vincula el
proceso de lucha con las particularidades de las vidas de la gente, instaurando
un nuevo enfoque que intenta hacer realidad la esperanza, lo que muchas veces
parase una utopía.
Por este motivo, la pedagogía crítica se enfoca a “remover”
el postulado de la teoría pedagógica tradicional, que consiste en un esfuerzo
continuo por imponer en la escuela a los niños modos de ver, pensar, de actuar
y reflexionar, que son como el pase para incluirse en una sociedad. Siendo así,
que la pedagogía tradicional ha dominado la mayor parte de instituciones
educativas a lo largo de la historia humana en la mayoría de las regiones del
mundo.[1]Siendo
según Freire, la educación un referente que se convierte al mismo tiempo en un ideal
y transformación para ponerse al servicio de un nuevo tipo de sociedad.
No obstante, es un mensaje claro que invita a los educadores
a tomar conciencia sobre las formas que adopta la dominación desde ella misma
como desde el proceso que restituye la palabra a los oprimidos, porque la
educación “empodera a los históricamente “oprimidos” y alienta la esperanza
necesaria para emprender el camino hacia el cambio social y la construcción de
un cultura (…)[2]”,
desembocando es una acción emancipadora.
De igual modo, como referentes al cambio Freire toma la
educación y enfatiza que va más allá de una representación de un lugar y un
tipo particular de compromiso social dominante, porque la educación
“transciende” esa perspectiva, ya que representan tanto un esfuerzo por el
significado como una lucha en torno a las relaciones de poder, por parte, de
aquellas formas culturales e ideológicas. Siendo desde este espacio, “donde el
poder y la política se expresan de manera fundamental, donde la producción de significado,
de deseo, lenguaje y valores” (-1990-.
Giroux H), proporcionando la base necesaria para una teoría más comprensiva
y crítica en la pedagógica.
Por el contrario, la escuela tradicional fue concebida a
imagen y semejanza de la fábrica encaminada a producir los obreros y empleados
que demanda el mundo laboral, llevando al individuo acostumbrarse a los
trabajos rutinarios mecánicos. En términos de Toffler[3]:
Construida sobre el modelo de la
fábrica, la educación general ensañaba los fundamentos de la lectura, la
escritura y la aritmética, un poco de historia y otras materias. Esto era el
programa descubierto. Pero bajo él existía un “programa encubierto”; se
componía y se sigue componiendo en mayor parte de países industrializados, en
tres clases: una de puntualidad; obediencia; y de trabajo mecánico y
repetitivo.
Llevando
a la creación de “concepto del banquero”, que Freire contrapone con la
educación problematizadora que se cuestiona a si misma y a su entorno de manera
persistente. Su propósito es que los seres humanos desarrollen la capacidad de
comprender críticamente como existen en el mundo, que aprendan a ver el mundo
no como realidad obstruida, sino como procesos de cambios constantes.
Habría
que decir también, que el concepto clave de esta pedagogía crítica es la
concientización, vista como el proceso de enseñanza necesario para comprender
contradicciones sociales y tomar medidas contra las relaciones opresoras. Para
Freire, la educación debe ser un aporte contiguo al desarrollo social en un sentido
emancipatorio de quienes están marginados socialmente proporcionado nuevas vías
al poder dominante.
Ahora
bien, Freire halla el poder de dominación, no solo impuesto por el estado por
medio de sus instituciones, sino en los oprimidos ya que incorporan su propia
opresión ayudando constantemente al fortalecimiento de ella, porque la
adaptación de esta lógica de dominación por parte de los “oprimidos puede
adoptar la forma de una resistencia activa contra las formas de conocimiento
que desafían su visión del mundo[4]”.
Es muy
claro el postulado que expone Paulo Freire, ya que una de las cosas
preocupantes que nos invita a reflexionar, es sobre el sistema de poder que ha
montado algunos gobiernos “autócratas”, en la educación, la cultura, la
racionalidad e incluso en la psicología de esos pueblos gobernados.
Conforme
a esta preocupación, podemos notar que la educación está de manera alarmante
permeada por todo ese poderío consumista, lo cual hace que el sujeto que se
“educa” siga las reglas impuestas por este cuerpo de poder; y es aquí donde
comienza la enorme atracción del ser humano por la codicia y por el ritmo
imparable de consumo. Puesto que las políticas impuestas, están planificadas a
hacer que el hombre se interese en el poseer cada vez más, y muchas veces sin
importar el precio que haya que pagar o incluso sin advertir el daño que esto
pueda causar.
De
esta misma manera, McLaren desde una perspectiva un tanto más radical,
considera que la teoría social crítica tiene un alto potencial de acción,
mientras ésta se conjugue con un lenguaje de crítica y posibilidad. Ello hará
posible que los docentes sean capaces de desvirtuar y cuestionar las
discusiones educativas sancionadas oficialmente.
Por lo
tanto, la pedagogía crítica invita al educador a incentivar a los estudiantes a reflexionar y a
cuestionarse, porque la enseñanza y el aprendizaje deben ser un proceso de
indagación crítica y llevar a un proceso de construcción, edificando un mundo
mejor, a una transformación social. Convirtiendo al estudiante en un agente transformador,
crítico y relevante de su entorno.
El
desempeño del buen educador, consiste en tratar que el estudiante desarrolle y
formule preguntas, sobre el ámbito de la educación, como en su vida cotidiana,
animando al estudiante a adquirir habilidades para despertar su mente y
creatividad. Motivando y cultivando el apasionamiento por el conocimiento. Sin
embargo, esto conlleva también a examinar los modelos pedagógicos que se
encuentran vigentes en nuestra sociedad, ya que influyen insistentemente en la
educación.
Louis Not, en su libro[5] “las
pedagogía del conocimiento” identifica que en el siglo XVIII han vivido dos
modelos pedagógicos el heteroestructurante o autoestructurante.
El modelo
heteroestructurante se enfoca que el conocimiento se construya por fuera del
aula de clases, concibiendo a la escuela como una institución que transmite la
cultura humana a nuevas generaciones que vayan surgiendo. Así mismo, da
importancia al maestro considerándolo como promotor del proceso educativo. Sin
embargo, la metodología utilizada es la magistral y defiende la utilización de
métodos receptivos en el ámbito escolar. Siendo necesario efectuar el
autoritarismo, basa en procedimientos para garantizar la buena enseñan en el
aula de clase, encarnando el modelo de la cultura imperante.
Por otro
lado, el modelo autoestructurante le provee las herramientas al estudiante y
las condiciones necesarias para desarrollar y construir su pensamiento.
Considerándose, este modelo como un proceso de jalonamiento y orientación
enfoca al estudiante, ideándose un estudiante constructor de su propia vida.
A mi modo
de ver, estos dos modelos pedagógicos se enfocan a promover unas instrucciones,
por medio de la enseñanza y el aprendizaje de los contenidos curriculares. Con
un objetivo de hacerle cree al estudiante que es de gran importancia para la
formación intelectual como humana de él, reconociéndose en ellas unas
herramientas para los problemas o preguntas que surgen en su vida.
Aun así,
los contenidos curriculares que cumplen con unos requisitos para examinar y dar
un pronóstico de la capacidad que puede tener el estudiante, es limitada ya que
¿es posible que se midan los conocimientos o la capacidad del estudiante? Por
medio, de la matemáticas, las humanidades, la informática, entre otros. Cabe
señalar que, para algunas personas la formación o médelos que expusimos
anteriormente, son fundamentales pero increparía en decir que no son los
adecuados para lograr medir los logros o alcances que puede tener un estudiante.
En
palabras de Dino Segura (2012): “Cuando se privilegia la instrucción, esto es,
cuando lo fundamental son los determinantes curriculares que se constituyen en
la meta de la escuela, nos encontramos con una cultura pos-figurativa, que
prescribe mirando hacia el pasado. Se posee la verdad. Se enseña la verdad. Y
se prefigura el futuro como una extrapolación del pasado.”
Con
respecto a lo dicho anteriormente, es necesario empezar a mirar la realidad que
acongoja a la educación en nuestros tiempos, y sin la intención de alejarnos
mucho del tema que se busca trabajar en la pedagogía crítica, que es el mirarla
dinámica y la complejidad de dominación, se hace importante dar una vistazo
sobre la sociedad, la cultura y la educación actual, pero esta visión quiero
hacerla desde los niños, por ser estos los iniciadores de un nuevo ciclo en la
interminable ruleta de la educación y de la vida misma.
De esta
manera, se reflexionar sobre los inicios de la educación en los niños, y sobre
el pensamiento de estos pequeños en la escuela.
Los niños
entran muy motivados a la escuela porque quieren encontrar en ella respuestas
razonables a sus inquietudes. Encontrar el significado a lo que al principio
les parecía no tenerlo, es una fuerte motivación para estos pequeños que están
llenos de curiosidad y entusiasmo. Pero se ha observado por medio de diversos
análisis en las escuelas, que luego de un corto periodo de tiempo, los niños se
sienten asfixiados y quieren escapar pronto de lo que les parece una prisión
con una sola entrada y salida. Y esto se debe a que en la escuela les cortan
rápidamente (o también nos cortaron) los brotes que luego serían los que nos
permitirían florecer y crecer apropiada e integralmente.
Muchas
veces se escucha decir que los niños y los jóvenes de hoy en día, no saben
pensar o reflexionar, y que mucho menos actúan coherentemente. Pero lo mejor
sería decir que ellos piensan de manera diferente a como lo hacen los adultos,
ya que el contexto social, cultural y político que estén viviendo, les hace ver
y pensar de una manera muy distinta. Así que la idea que nos hayamos hecho
sobre que la facultad de pensamiento y de reflexión no es propia de los niños
ni de los jóvenes, está muy alejada de ser real; pues se ven casos en los que
estos tienen más claro lo que quieren y en algunos casos actúan más
coherentemente que los adultos.
Por lo
tanto, se debe identificar la importancia de la educación como base
fundamental, rompiendo las “nuevas formas de dominación, siendo hoy en día la
hegemonía ideológica”, una de las maneras de alienar y cambiar la cultura
establecida en un determinada contexto.
Así
mismo, podemos recordar la importancia de la filosofía como instrumento que nos
lleva a cuestionarnos sobre los fenómenos sociales; desde los pensadores
griegos, como Sócrates con su frase “pienso luego existo”, reafirman lo
importante de poder reflexionar y tener un pensamiento crítico, para comenzar a
construir una nueva cultura que este libre de presiones.
Para poder escudriñar un poco más a
fondo la importancia de esta teoría crítica, se quiere identificar el papel
importante de las instituciones políticas como eje fundamental para la
emancipación y construir educación de calidad y de esta manera podrá salir
nuestra educación adelante.
Por lo tanto, ¿qué entendemos por
calidad en la educación?: son las diferentes pruebas que mide el conocimiento
intelectual, de una persona e ignora la autentica formación integral que va más
allá de una estadística numérica y cognitiva. La calidad educativa es obtener con una serie de
educadores (maestros: el maestro rebasa el dominio de sus conocimientos el
profesor es sujeto de responsabilidades intelectuales.), que se preocupen y
comprometan con la educación integral de sus estudiantes, pues se ha convertido
de un negocio lucrativo, donde los beneficiados son lo grupos políticos
inescrupulosos que desangran la educación.
En la educación tradicional se suele
considerar a los estudiantes como simples espectadores que saturados
intelectualmente, no encuentra ningún sentido que los confronte con la
realidad, quitándoles la capacidad de reflexionar.
Encontramos diariamente en los medios de
comunicación información que impide la reflexión particular, obstaculizando con
publicidad consumidora y haciendo que estos jóvenes pierdan la moral humana.
Por ende, cada vez logramos visualizar
los índices de violencia entre familias, en que ya los progenitores, se
convierten en unos enemigos más; y después ya se convierten en un problema para
la sociedad, que solo les ofrece pagar servicio a la patria, vendiéndonos una
idea de guerra, arrinconando la verdadera realidad social.
En
síntesis la pedagogía crítica salta las barreras del absolutismo positivista y
el conformismo reduccionista de la fenomenología. Su propuesta teórica emerge
como alternativa para describir la realidad, y más allá de eso para abordarla
de manera cercana y directa con el fin de transformarla. Pero no lo hace de una
forma ingenua sino desde la experiencia subjetiva, donde desarrolla un cuerpo
crítico que se dirige a la censura de las injusticias provocadas por todo tipo
de abusos de poder, violencia y indiferencia.
Dado
que, en su práctica la pedagogía crítica es capaz de reconocer y potenciar
espacios educativos de conflicto, resistencia y creación cultural con lo cual
reafirma su confianza en el poder emancipador de la voluntad humana. Si bien se
fundamenta en una base teórica- científica y en unas prácticas educativas que
funcionan sobre una pedagogía crítica que realza y da importancia a las
utopías. Ésa que permite hacer frente al fatalismo postmoderno y que es como lo
afirmó Freire “una pedagogía de la esperanza”.
En
conclusión la educación no solo influye sobre uno u otros procesos del
desarrollo, sino que reestructura, de la manera más “esencial” todas las
funciones de la conducta, llevándonos a tomar conciencia sobre la reflexión
crítica, porque de nosotros depende conseguir un cambio social.
Referencias:
Borrero Cabal, Alfonso S.J (2008. “La
universidad. Estudios sobre sus orígenes, dinámica y tendencia”. Tomo V, Enfoques
Universitarios”. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Giroux
H. (1990). Los profesores como intelectuales. Editorial Paidós.
Segura, D. (2012). Para
qué ir a la escuela. Relación familia-escuela. Revista internacional
Magisterio. (N° 55). 16-20.
Zubiría
J. (2006). Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante.
[1]Zubiría J(2006). Los
modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante. P. 69.
[2] Espinel O. Volumen 3,
N° 29, de Julio- Diciembre 2010, Bogotá D.C. Pedagogía críticas y Educación en
derechos humanos. Una mirada desde escenarios escolares y no escolares. Revista
nodos y nudos. P.43
[3] Citado por: Zubiría J.
Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante. (2006). P. 78.
[4]Giroux H. Los profesores
como intelectuales. (1990) editorial Paidós. P. 166.
[5]
Zubiría J. Los Modelos Pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. P. 13.
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